Clima y leyendas. El gallo de Barcelos

El gallo de Barcelos es uno de los símbolos representativos de nuestro país vecino, Portugal. Cuenta con la cualidad de predecir el tiempo a corto plazo y tiene su origen en una leyenda medieval con un gallego como protagonista.

La leyenda del Gallo de Barcelos

Algunas versiones señalan que un crimen sin resolver en Barcelinhos fue atribuido a un peregrino gallego en romería hacia Santiago de Compostela. Otras fuentes sugieren que el peregrino había robado a un terrateniente local y que éste lo había denunciado.

Según el archivo del Museo Arqueológico de Barcelos, existía una horca en Barcelinhos y, cerca de ella, una posada famosa por la belleza de la su dueña. Ésta quedó prendada a primera vista de un gallego, en peregrinación a Compostela pagando una promesa hecha. Las insinuaciones de la posadera cayeron en saco roto cuando el romero, sin síntomas de enamoramiento, se excusó en la naturaleza piadosa de su viaje.

Una lusa astuta

La mujer, resentida, dispuso su venganza. Esa noche, escondió en el equipaje del gallego varias piezas de plata. Por la mañana ya había sido denunciado y las autoridaes encontraron la plata en su equipaje. Fue llevado ante el juez, quien estaba a punto de almorzar un gallo asado. Entre las pruebas irrefutables y el hambre que tenía, no tardó en condenarlo a la pena máxima en la horca próxima. El gallego, de repente poseido por el espíritu del Apostol Santiago, espetó al comensal:

Señor juez, soy inocente. Y para probarlo, este gallo va a cantar en cuanto yo esté colgado.

Mientras lo llevaban hasta la horca, cerca de allí, el magistrado dudaba si insertar el cuchillo por debajo el zanco o abrir la pechuga sin miramientos. Fue interrumpido por el propio gallo, que haciendo de una rutina diaria toda una filosofía vital, se irguió en el plato y cantó como si estuviese naciendo el sol. El juez, dándose cuenta que la intervención divina contradecía su veredicto, corrió en pos del ajusticiado intentando evitar la sentencia. Pero cuando llegó al lugar, el gallego lucía colgado por el cuello… pero sujeto por los pies por Santiago Apostol.

El peregrino volvió años más tarde y talló en piedra un crucero para conmemorar el acontecimento. Este crucero se encuentra en el Museo Arqueológico de Barcelos. Datado en el siglo XIV, en una de sus caras puedes ver una escena de un hombre colgado en una horca y al Apóstol Santiago sosteniendo a éste por los pies evitándole la muerte.

La ciencia del gallo del tiempo

La tradición cerámica de la región de Braga y, sobre todo, Barcelos, tiró de la leyenda para diseñar un gallo que representara la villa. Pero lo revolucionario estaba en el plumaje de sus alas y la cola, que mediante cambios en su color podía predecir el tiempo a corto plazo.

La magia del gallo reside en la pintura que lo decora el plumaje. Canjea de color cuando presiente los cambios de tiempo. Está compuesta por gel de sílice, un agente desecante que podemos encontrar en pequeñas bolsas que acompañan ropa, aparatos electrónicos y cualquier cosa susceptible de dañarse con la humedad. Este gel es transparente, pero al añadirle cloruro de cobalto cambia hacia color azul y se utiliza como medidor de la carga de la humedad presente en el gel.

Cuanto más evolucione el color hasta rosa pálido, más cargado de humedad está.

A química do galinho.

Siglo XX. El gallo de Portugal

Pero cuando llegamos a la década de los años 30 del siglo XX aparece Antonio Hierro, propagandista del Estado Nuevo, la dictadura de Salazar entre 1933 y 1974. Muy amigo de nacionalizar símbolos regionales portugueses, modernizó el diseño del gallo y lo presentó en la “ Exposição de Arte Popular Portuguesa” celebrada en Ginebra en el año 1935. En el año siguiente se repitió en Lisboa, con gran éxito.

En los años ´50 y ´60 se convirtió en el referente del turismo y símbolo del país.

A partir de la Revolución del ´74 se reinventa de nuevo ofreciendo una imagen más fresca, representando la libertad. Incluso se vuelve lienzo en blanco donde cualquiera puede diseñar sus sueños.