Clima y vida. El clima y la mortandad

A pesar de vivir en una sociedad organizada y tecnológicamente desarrollada, las tasas de mortandad aumentan en invierno y durante las olas de calor en el verano.
Las estadísticas dicen que en Europa, las muertes tienen su cota más baja en los 17º C, y aumenta cuándo sube o baja de ese nivel.

Antiguamente se contaban las muertes durante el invierno y se comparaba con el promedio anual de muertes. El excedente era la mortandad invernal. Sencillo de calcular, pero impreciso. Si la mortandad en el verano superaba a la del invierno, podría signicar que no hubo mortandad en invierno, aún que éste hubiera causado muchas muertes.

A día de hoy, los datos se toman de manera diaria. En un estudio sobre Gran Bretaña, se calcula en 40.000 los muertos anuales relacionados con el frio, en contra de las 1.000 muertes por calor (datos por millón de habitantes).

El frío y la muerte

El 50% de los muertos por frio corresponden a las trombosis coronarias y cerebrales (paro cardiaco y apoplejía). Un 25% pertenece la enfermedades respiratorias. En estos casos son causas directas. El frio coagula la sangre con facilidad y estando más concentrada favorece la aparición de trombosis por coágulos en las arterias. Las infecciones respiratorias aumentan los niveles de fibrinógenos, promoviendo de nuevo la coagulación.

Las infecciones tienen motivos variados. Con el frío, la gente tiende a reunirse en lugares con poca ventilación y facilita la expansión de virus. Respirar aire frio produce tos y gotera nasal. Además, otros estudios alertan de la reducción de la respuesta inmunológica durante el frío. Ésta aumenta con el calor.
Una gripe severa puede desembocar en una neumonía, al pasar la infección de la boca o nariz hasta los bronquios y desde ahí, a los pulmones.

El fin de la gripe

En el pasado, una epidemia de gripe se llevaba decenas de miles de vidas cada dos o tres años. Disponemos de vacunas desde los años 40 y a nivel masivo desde los 70, pero el descenso importante fue anterior a la inmunización. Y la higiene fue primordial.

Las cepas más fuertes provenían de la gripe típica de las aves (Gripe Aviar) que aún aflora de vez en cuando, criada en granjas de producción masiva de pollos. La separación del hombre de las bestias funcionó. El último episodio pandémico fue en el 1918.

hospital de tratamiento de gripe en 1918 para clima y mortandad
Hospital de tratamento da gripe no 1918.

Después del descenso de las muertes por gripe, otra causa podía ser la hipotermia. Pero en Europa, la hipotermia es estraña en tiempos de paz.

Otro factor sería la carencia de vitaminas de alimentos frescos en invierno. La vitamina C protege frente a la trombosis y está presente en frutas y verduras, junto con el Sol.

Hoy en día es sencillo encontrar cualquier alimento en cualquier época del año, y si te buscas la vida, hasta Sol.

infografia top diez alimentos con vitamina c para clima y mortandad
Top dez alimentos con máis vitamina C.

Y de igual manera, la mortandad vinculada al calor viene dada por trombosis coronaria y cerebral, resultado de la hemoconcentración y la pérdida de agua y sales por sudoración. En menor medida también producen muertes la hipertermia y la fatiga del corazón.

Cambio climático y mortandad 

La existencia de un calentamiento global es evidente desde hace 30 años, tiene un factor humano y sigue avanzando.

Desde el comienzo se pensó que volveríamos a vivir una pandemia de malaria, al volver los insectos a climas más fríos, pero los estudios confirman que tanto la higiene y forma de vida, junto con los métodos de cultivo moderno harían esa posibilidad muy improbable. (La malaria fue endémica en Europa y Rusia y fue erradicada. En España, según la OMS, en el 1964.)

Cuando hablamos de calentamiento global, pensamos en morir de calor. Pero habiendo más muertes por frío que por calor, el efecto en general sería benecioso.

Un estudio sobre G. Bretaña señala que, con un aumento de +2º C en las temperaturas medias, el incremento anual de muertes por calor sería de 2.000. Pero ese mismo aumento causaría 20.000 muertes menos por consecuencia del frío.

Una encuesta de población señala que los paises más gélidos, como Finlandia, están mejor preparados para el frío y no se percibe aumento de muertes en invierno. El caso contrario en los paises más tibios, donde muere más gente por frío en invierno, como G. Bretaña o Grecia. Estos paises son más efectivos en la lucha contra el calor, como es el caso de la “ siesta” en la Europa meridional.

O sea, que aún que el calentamiento global podría bajar las tasas de mortandad por frío en invierno, no parece suciente a menos que mejoren las condiciones que reduzcan la exposición al frío tanto en interior como en exterior.

En resumen, que os abriguéis bien, evitad hospitales y otros centros de concentración de gente, poned la calefacción y, por si acaso, echad otra manta en la cama…

Fontes:

deixa pegada en internet llamada a la acción

Outras monografías

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